Mi estancia en el Courtyard by Marriott Guayaquil fue una experiencia verdaderamente excepcional. Desde el primer momento, el servicio del personal fue impecable: siempre atentos, amables y dispuestos a ayudar en cada detalle, lo que hizo que me sintiera bienvenido y valorado en todo momento.
Las habitaciones son realmente cómodas, espaciosas y muy bien equipadas. La cama ofrece un descanso inigualable, y el ambiente de la habitación transmite una sensación de tranquilidad perfecta para relajarse después de un día ajetreado. Todo el mobiliario, la limpieza y el cuidado en los detalles reflejan altos estándares de calidad.
Otro aspecto que destaca es la paz que se respira en todo el hotel. A pesar de su ubicación estratégica en la ciudad, el entorno es sumamente tranquilo, ideal tanto para viajes de negocios como para quienes buscan desconectarse y descansar.
En definitiva, recomiendo sin dudar el Courtyard by Marriott Guayaquil. Es una excelente opción para quienes buscan una combinación perfecta de comodidad, excelente atención y un ambiente sereno. Sin duda, volveré en mi próxima visita a la ciudad.